Historia

Su Restauración en 1878

Al hablar de la restauración de la Seráfica Provincia de San José de Valencia, ya hemos dicho que tuvo lugar en esta casa, el día 21 de noviembre de 1878, merced a las buenas gestiones de los exclaustrados padre Juan Ruixo y del Comisario Provincial padre Lorenzo Gisbert. Con ello se restaura la extinguida Provincia Observante de San Francisco, ahora con nuevo nombre.

1. Restauración de Santo Espíritu

Como es natural, con la restauración de la Provincia, se restaura la casa de Santo Espíritu del Monte, de tan brillante historia. El día 22 de noviembre, llegó a Santo Espíritu el Comisario Provincial, Padre Gisbert, con algunos padres exclaustrados y unos pretendientes, cantándose un Te Deum en acción de gracias.

Fue nombrado primer Guardián en Padre Ruixo, a quien le era familiar la casa. Muy pronto se reintegraron otros religiosos exclaustrados, vistiendo de nuevo el santo hábito franciscano. En junio del año siguiente se recibieron los primeros novicios y el día 4 de octubre la segunda tanda, celebrando con extraordinaria solemnidad la Fiesta de su Padre Fundador San Francisco. Con esta ocasión llegaron a Santo Espíritu multitud de devotos de los pueblos vecinos, incluso de Valencia, llorando de emoción al ver aquella tan querida casa revestida, de nuevo, con el hábito y el cordón franciscano. ¡Ni qué decir de la emoción de los frailes restauradores!

Las penalidades sufridas en la exclaustración, la alegría de vestir su hábito franciscano y el gozo de habitar, con sus hermanos, en aquella casa de santidad, hizo que se tradujera en una vivencia profunda de su profesión religiosa, en una conducta ejemplar de estricta observancia religiosa, y en un anhelo constante de transmitir a las gentes su alegría seráfica y su vida evangélica.

2. Misiones populares

Se distinguieron, en este tiempo, por sus misiones populares en nuestra región, entre otros muchos, los padres Vicente Molíns, Felipe Bellver y Francisco Orero. Con el patrocinio de la Virgen de la Divina Gracia y la Bendición de San francisco, recorrían los pueblos, con sencillez, con humildad y con fervor, predicando la Palabra de Dios. El Real Colegio de Misioneros Franciscanos de Santo Espíritu del Monte, como reza el rótulo que da entrada a la plazoleta del convento, se dio a conocer en muchos pueblos e influyó en la vida y costumbre cristianas de sus habitantes, que organizaban excursiones a este lugar, para beber directamente de la vida santa de los franciscanos que allí moraban. 

3. Santo Noviciado

Ya hemos dicho que apenas se reanudó la vida regular en Santo Espíritu se empezó a recibir novicios. El padre Joaquín Sanchis, en su Historia de Santo Espíritu, escribe: “En aquel noviciado se vivía verdaderamente la virtud. Por eso crecieron en él flores tan raras como la humildad y ciega obediencia de Fr. Humilde Soria; la fidelidad religiosa de Fr. Ezequiel Mampel; el fervor seráfico del P. Jaime Sala; la caridad sin límites de Fr. Mariano Esteve; la santa alegría de Fr. José Mª Montoro, y tantas otras virtudes franciscanas que hallaron en Santo Espíritu dignos émulos de los frailes de las Florecillas”.

Así ha continuado Santo Espíritu siendo Casa de Noviciado, hasta nuestros días, con raras excepciones. A la mayoría de los frailes que conformamos actualmente las Provincia Franciscana de San José de Valencia, Aragón y Baleares, nos resuena aún aquel “Ecce quan bonum et quan iocundum hitares fratres in unun”, con el aroma de las flores que se derramaban desde ambas Tribunas del Altar Mayor, el día de nuestra Profesión. El año 1995 fue declarada la casa Noviciado Interprovincial para toda las Provincias Franciscanas de España, que aún se mantiene. De esta manera el perfume de los pinares de Santo Espíritu y su hálito de virtud y santidad se esparce por toda la geografía franciscana de la Nación.

Desde 1884 a 1888, el Provincial padre Juan Ruixo construyó el Noviciado. Es el pasillo de entrada al pabellón que se levantó el año 1930, sobre la Enfermería, y que nosotros disfrutamos. Este nuevo y amplio pabellón fue solemnemente bendecido por el Vicario General de la Orden en España Fray Germán Rubio, el 25 de noviembre de dicho año 1930. Posteriormente, para el Noviciado Interprovincial, se adaptó la antigua Enfermería y el noviciado del padre Ruixo.

4. Curia Provincial (1878-1897)

Durante casi los cuatro primeros lustros de la naciente nueva Provincia residieron en esta casa los cuatro primeros Provinciales. Al fallecer el padre Lorenzo Gisbert, en 1884, fue elegido el padre Juan Ruixo, a quien sucedió, en 1888, el padre Francisco Miguel Sirera. A su muerte, en 1893, fue elegido el padre Vicente Molíns, hasta el 2 de febrero de 1896, en que fallecía inesperadamente a sus cuarenta y tres años de edad. Le sucede el padre Agustín Forteza, quien al año siguiente trasladaba a Valencia la residencia del Provincial. Curiosa coincidencia, los cuatro primeros Provinciales fallecieron en el ejercicio de su oficio.

Del padre Lorenzo Gisbert hemos dicho que fue Comisario Provincial, durante la exclaustración, y restaurador de la nueva Provincia. Restauró también el Convento de San Sebastián de Cocentaina, en 1879.

Del padre Juan Ruixo también hemos hablado como cooperador del padre Gisbert, en la restauración de la Provincia y primer Guardián de Santo Espíritu. Fundó, o restauró, los conventos de Onteniente, en 1887, y Benissa, en 1888. 

El padre Sirera fue el primer Provincial que ingresó en la Orden después de la Restauración. Había estudiado Filosofía y Leyes en la Universidad de Valencia. Tenía fama de buen literato y poeta. Organizó los estudios en la naciente Provincia. Fundó los conventos de Benigánim, en 1890, Agres y Biar, en 1891. Murió en Pego, con fama de santidad, donde había ido para colocar la primera piedra del nuevo convento.

Del padre Molíns ya hemos dicho que perteneció a la comunidad de misioneros de Santo Espíritu, en tiempos del Cardenal Barrios. Al restaurarse la Provincia, subyugado por el ejemplo de sus hermanos de comunidad, fue el primer sacerdote que ingresa en la Provincia, después de la exclaustración. También fue el primero que ostenta el título de Ministro Provincial, al ser erigida en Provincia, en 1893, la que hasta entonces había tenido el rango de Custodia. En su tiempo se fundó el Colegio de la Concepción en el convento de Onteniente.

5. Obras y reformas

Entre 1884-1888, ya hemos dicho que el Provincial padre Ruixo construyó el Noviciado, que es el pabellón de entrada al nuevo Noviciado, conocido en nuestros tiempos como el Noviciado de los Hermanos. Al final del pasillo tenía una preciosa galería al exterior. Se sigue usando actualmente este Noviciado.  

Hemos hablado de la Ermita de la Virgen de la Luz, en el huerto, construida en 1712. El año 1888 se derribó esta Ermita y se construyó la que hoy disfrutamos, con planos del entonces novicio Fray Maseo Company, de estilo gótico, dedicada a la Virgen de los Desamparados.

El año 1903 se reformó la Biblioteca añadiendo una galería para el cuerpo superior, al que se subía por una escalera de caracol. Esta Biblioteca, emplazada en el lugar de la actual Sala de la Orden, fue sustituida, por los años setenta, por toda la planta baja del pabellón de Enfermería y Noviciado.

Hay un grabado, anterior a 1888, en que aparece lo que hemos conocido como Enfermería, que es el actual Noviciado. No hemos encontrado la fecha de su construcción.

En el referido grabado, a la derecha de la iglesia, se aprecia la Hospedería, con solo dos pisos. Ya hemos hablado de la Hospedería construida a principios el siglo XVIII. Dicha Hospedería ha sido objeto de varias reformas. Entre 1903 y 1910 se prolongó hasta la plaza de entrada al convento y se construyó el tercer piso. En 1967 se acometió la reforma del comedor, de las habitaciones y de la fachada, que adquirió el rostro que ahora tiene. En fechas posteriores se acomodaron las habitaciones con baño y servicio higiénico. Este mismo año, 2014, se ha llevado a cabo una profunda reforma de toda la Hospedería, según las exigencias de los tiempos modernos.

Esta Hospedería, para ambos sexos desde su fundación, es un importante Centro de Espiritualidad, de reconocida fama en la región. De inmejorables condiciones para los Ejercicios Espirituales, Encuentros de Formación, Retiros en Adviento y Cuaresma y de Fin de Semana. Es aprovechada también para retiros de Estudio, en fines de carrera o preparación de Tesis y Tesinas u Oposiciones. También como lugar de paz y solaz para matrimonios o personas mayores, particularmente en la época de verano.

Hacia el año 1908 se llevó a cabo la reforma de las habitaciones y de la llamada Sala del Cardenal, donde se conserva actualmente un retrato al óleo del Cardenal Arzobispo de Valencia don Mariano Barrio, de quien ya hemos hablado. Hoy forma parte del Museo de Santo Espíritu. Encima de estas habitaciones se reconstruyó la Celda de la Orden, magníficamente orientada a Levante y Mediodía.

En 1909 se construyó la Capilla de la Hospedería, estilo gótico puro, según planos de Fray Maseo Company. Invita a la oración.

De 1914 es el Cementerio, en las cercanías del convento, por imperativos legales, que prohibían los enterramientos en las iglesias. ¡Con qué veneración rezamos por nuestros difuntos siempre que pasamos por delante de este Cementerio!

En 1918 se restauró toda la iglesia y se instaló la luz eléctrica. Importantes obras del escultor Fray Ezequiel Mampel y de su alumno predilecto Fray Pascual Nadal, enriquecieron la iglesia. 

Entre 1921-1924 se restauró el Claustro Bajo, chapándolo todo con un lujoso zócalo de azulejos, e instalando en sus lunetos un hermoso Via Crucis de alto relieve, obra de Fray Pascual Nadal, mártir después en China. Había en los paneles de las paredes artísticos lienzos de la Vida de Nuestro Padre San Francisco, del taller del famoso Vicente Pastor. El actual Via Crucis es del Fray Juan Pelechá y las pinturas del padre Eugenio Silvestre.

En 1924-1927, siendo Guardián el padre Conrado Ángel, entre otras muchas cosas, se renovó la Fachada de la Iglesia, y se levantó la actual Torre-Campanario, con planos de Fray Maseo Company, para la que se compraron las dos campanas mayores y un magnífico reloj público que comunica la hora en que están, a quienes disfrutan del monte, con el sonoro repique de sus campanas.

El año 1930 se levantó un nuevo piso para ampliación del Noviciado, sobre la Enfermería, a la que nos hemos referido anteriormente. Este fue el Noviciado de nuestros fervores juveniles, por los años cuarenta.

A últimos de los años cincuenta, del siglo pasado, había un nutrido grupo de Postulantes en Santo Espíritu. Se cuidaban de su formación el padre Pacífico Sendra, muchos años Maestro de novicios y después Ministro Provincial, y Fray Francisco Sánchez. Para la instrucción técnica de los Postulantes pensaron en una especie de Escuela de Artes y Oficios, para lo que habilitaron la nave que hay a continuación del lavadero, junto a la puerta de entrada y salida de vehículos. Actualmente se ha convertido en un espacioso Salón de Reuniones. En 1959 apareció el primer número de una revista de los Hermanos titulada Almas Ocultas.

Anteriormente nos hemos referido a las reformas en la Hospedería de 1967 y 2014. Actualmente se proyecta la reforma y reinstalación del Museo que con tanta sabiduría e ilusión organizó el padre Bernardino Cervera, el año 1964, con pinturas de famosos y otros objetos de arte, de notable valor, que era la admiración de cuantos lo visitaban; y eran muchos.

6. Bodas de Oro y Centenario

Tanto las Bodas de Oro como el Centenario de la restauración de la Provincia se celebraron en Santo Espíritu. Al mismo tiempo se celebraba las Bodas de Oro y el Centenario de la restauración de la Casa Madre de la Provincia.

- Las Bodas de Oro

La revista de la Provincia “La Acción Antoniana” dejó constancia del hecho con un “NÚMERO EXTRAORDINARIO CON MOTIVO DE LAS BODAS DE ORO DE LA RESTAURACIÓN DE LA SERÁFICA PROVINCIA DE VALENCIA  / 1878-1928”.

La Dirección de la Revista, en su página Editorial, recuerda los festejos que han tenido lugar en los conventos y colegios de la Provincia, y termina con estas expresiones: “Y para perpetuar este modesto homenaje que la Provincia Seráfica de Valencia tributa a todos sus hijos desde su restauración, La Acción Antoniana dedica esta tirada aparte, como un monumento perenne de admiración y gratitud a todos los religiosos que les precedieron y fueron sus Padres y Maestros, y sea al propio tiempo, para los presentes y venideros, como un pequeño archivo de los datos y hechos más notables de la historia de esta floreciente Provincia, durante los cincuenta años que cuenta después de su restauración”. En las páginas finales reseña los actos religiosos celebrados en los conventos de Santo Espíritu y de San Lorenzo, de Valencia, los días 27, 28 y 29 de abril de 1928.

Efectivamente, más que un “pequeño archivo de los datos y hechos más notables de la historia de esta floreciente Provincia”, es la historia viva de los primeros cincuenta años de la Provincia, de la que nos hemos venido nutriendo las generaciones futuras. Nos consta que el autor principal de esta historia, ya lo hemos dicho, fue el acreditado historiador y Mártir de Cristo padre Andrés Ivars.

El padre Joaquín Sanchis, en su Historia de Santo Espíritu, también nos lo recuerda: “Las fiestas oficiales de las bodas de oro de la restauración de la Seráfica Provincia se celebraron, como era lógico, en donde tuvo origen la restauración, en Santo Espíritu del Monte. Las presidió el señor Obispo de Segorbe Excmo. y Rvdmo. D. Fr. Luís Amigó, y con esta ocasión se celebró otra romería de las Terceras Ordenes de la Provincia (28 de abril de 1929), descubriéndose una lápida conmemorativa de este fausto acontecimiento”.

- El Centenario

También tuvo su eco vibrante en Santo Espíritu del Monte el día 25 de noviembre de 1978. Día inaugural de las fiestas centenarias. El acto central fue la Eucaristía, presidida por el Definidor General de la Orden Padre Ángel Orduña, en representación del Ministro General Fray Constantino Koser, y concelebrada por todos los Provinciales de la Península Ibérica, con más de sesenta sacerdotes, religiosos y seculares, y en la que participaron representantes de las distintas congregaciones de religiosas franciscanas, de Valencia, con la Orden Franciscana Seglar y no pocos fieles que llenaban por completo la iglesia.

Antes de la Misa, y después del abrazo fraterno de bienvenida, hubo un Acto Cultural que el Cronista reseña de la siguiente manera: “A las 11, en el Salón de Actos de la Casa de Ejercicios, totalmente repleto, en que han disertado el dominico Padre José Mª Garganta, Licenciado en Historia, Doctor ‘Honoris Causa’ en Sagrada Teología, por la Facultad de Teología de San Vicente Ferrer, de Valencia, sobre el tema: Situación Socio-Político-Religiosa de España, en el momento de la Ley de Desamortización de Mendizábal, y este Cronista Provincial, Fr. Benjamín Agulló, sobre el tema: Las Provincias Franciscanas de Valencia, en el momento de la Exclaustración y su Restauración. El M. R. P. Ángel Orduña, ha clausurado el Acto, declarando oficialmente inaugurado el Año Centenario de la Restauración de la Provincia”.

Un número extraordinario de Valencia Seráfica, Boletín interior de la Provincia, el número 126, deja constancia de esta celebración y de las demás celebraciones en los conventos de la Provincia.

7. Las exclaustraciones de 1931 y 1936

También en los nuevos tiempos sufrió Santo Espíritu dos lamentables exclaustraciones: en 1931 y en 1936.

La de 1931 fue muy pasajera, pero los religiosos tuvieron que abandonar forzosamente la casa y se perdieron muchas de sus cosas. Proclamada la República el 14 de abril de 1931, el 13 de mayo se disolvió la comunidad de Santo Espíritu, por orden del padre Provincial. Quedó sólo un hermano donado al cuidado del convento. Gentes del Puerto de Sagunto intentaron quemarlo, pero se pudo evitar gracias al alcalde de Gilet que les enseñó las llaves, en señal de que estaba en posesión del mismo. Días después llegaron unos soldados del Puerto de Sagunto para custodiar el convento. Se fueron sucediendo hechos desagradables, hasta principios de 1932 en que se reanudó la vida de la comunidad.

La de 1936 fue más dura y sangrienta. Tras el triunfo electoral de las izquierdas, del 16 de febrero de 1936, y el Alzamiento Nacional del 18 de julio siguiente, España quedó convulsionada y agitada por una incomprensible guerra fraterna civil.

Confiado el gobierno de los pueblos a los Comités revolucionarios, el día 22 de julio se presentó el Comité de Gilet en Santo Espíritu para tomar posesión del convento y despedir a sus frailes. Se profanó su iglesia y se desvalijó la casa, perdiéndose sus pertenencias, incluso su importante Biblioteca. Sólo se pudieron salvar el Cristo de Vergara y la Virgen de la Divina Gracia, celosamente escondidas anteriormente.

Los religiosos, dispersos y escondidos, sufrieron las mayores penalidades, incluso la muerte cruel. Siete de ellos enarbolaron la palma del Martirio. Nos satisface consignar sus nombres: Padre Pascual Fortuño, Fray Fernando Pellicer, Fray José Tarín, Fray Pascual Planells, Fray Diego Campos, Hermano Vicente Ambou y Hermano Vicente Ortiz. El padre Pascual Fortuño goza ya el honor de los Altares. Fue beatificado el 11 de marzo del año 2001. Los otros seis están en un proceso muy avanzado de beatificación.

Durante tres largos y desoladores años el edificio tuvo varios destinos, entre ellos, el de Hospital militar. Hasta que, declarada la paz en España, el día 1 de abril de 1939, el 3 se presentó en Santo Espíritu el padre Carlos García Badía, tomando posesión de la casa en nombre del entonces Vicario Provincial padre Lorenzo Pérez. El día 4 celebró ya primera misa. Días después se evacuó el hospital y el día 8, Sábado Santo, se reconciliaba la iglesia y, poco a poco, se reorganizaba la vida conventual, hasta nuestros días.

8. Sexto Centenario

El padre José M. Barrachina cierra su libro Sant Espirit con estas palabras: “Y después de seiscientos años, descansa tranquila el alma de Doña María de Luna, reina de Valencia, porque Santo Espíritu cumple su voluntad testamentaria... El sexto centenario de su fundación ha empujado a una restauración profunda comenzada el año 2000: remozados tejados y bóveda de la Iglesia, electrificación de campanas, megafonía, alumbrado, pavimentación con mármol, calefacción, restauración de retablos, estucos y dorados, carpintería, parquet en el Coro y pavimentación de la plazoleta de entrada”.

También, por nuestra parte, leímos una comunicación en la XXV Asamblea de Cronistas del Reino de Valencia, con el título Santo Espíritu del Monte /  Sexto Centenario (1402-2004) / Edades del Monasterio, que después se publicó, ilustrado con muchas fotografías que muestran las edades o etapas en que se ha ido forjando su fábrica. Ese gran edificio, con signos de austeridad franciscana, al pie de las siete colinas sembradas de pinos y de perfumadas hierbas.